sábado, noviembre 29, 2008

¿Cómo sigue esto, presidente?



La opinión del presidente Carlos Babington, tras los 16 minutos que duró la primera parte del clásico entre Huracán y San Lorenzo.

La lluvia, un gol, una expulsión y la espera


El clásico duró mucho menos de lo esperado. Fueron apenas 16 minutos bajo una lluvia tremenda. Y hubo dos noticias. La primera, inmejorable: otro cabezazo de Paolo Goltz para el grito más deseado. La segunda, inquietante: la expulsión de Javier Pastore, que obligará a Huracán a jugar con diez futbolistas en los 74 minutos que se completarán el martes o el miércoles. Será cuestión de esperar...

viernes, noviembre 28, 2008

Un mensaje contra los violentos



Estudio Fútbol reunió a los presidentes y técnicos de Huracán y de San Lorenzo. Carlos Babington, Rafael Savino, Angel Cappa y Miguel Russo coincidieron en algo fundamental: la fiesta de todos debe ganarle al miedo que siembran los violentos. Desde este Blog, impulsamos la misma idea.

El clásico según Barrientos



Opina Hugo Barrientos sobre el clásico. Ya lo jugó dos veces: en el 1-1 del Apertura 2007, en el Nuevo Gasómetro; y en el 0-0 del Clausura 2008, en La Paternal. Ahora, dice que va por su primer triunfo.

jueves, noviembre 27, 2008

En La Boca, la historia dice Huracán

Miguel Brindisi fue clave en uno de los ocho clásicos que Huracán y San Lorenzo disputaron en La Bombonera. Sucedió en el histórico 1976: el triunfo fue 4-2, con una notable demostración colectiva. René Houseman, dos de Brindisi (uno de penal) y Carlos Leone permitieron otra alegría memorable, aquel 14 de julio. Ese día, Huracán formó con: Baley (Jurkevicius); Cheves, Longo, Fanesi, Carrascosa; Brindisi, Ardiles, Leone, Larrosa; Houseman y Sánchez.

Huracán y San Lorenzo jugarán el sábado, desde las 17.10, en un escenario infrecuente, la Bombonera, por razones de seguridad. Más allá de la enorme ventaja de San Lorenzo en el historial (35 triunfos de diferencia en torneos de liga, desde el clásico inaugural de 1915), la cancha de Boca tiene una peculiar historia. Se enfrentaron allí en ocho de las 156 ediciones del clásico: San Lorenzo ganó dos veces; hubo tres triunfos de Huracán y tres empates. Con un detalle relevante añadido: en ninguna de esas temporadas San Lorenzo se consagró campeón; y Boca (ahora rival directo en la pelea por el título del Apertura) dio la vuelta olímpica en tres de esas ocasiones.
El primer partido trasladado a la Boca sucedió el 3 de octubre de 1954: igualaron 1-1. Al año siguiente, San Lorenzo se impuso 3-2. Catorce años más tarde, por el Metropolitano de 1969, Huracán se impuso 3-1. El segundo triunfo de San Lorenzo fue por goleada: 5-1, el 28 de marzo de 1971, por el Metropolitano de ese año, que ganó Independiente.
El quinto clásico de esta serie se jugó un mes después de que Huracán festejara su único campeonato en la era profesional: el 16 de octubre de 1973, igualaron 2-2.
Tres años después, por la rueda final del Metropolitano de 1976, los de Parque de los Patricios ganaron 4-2. No fue un clásico más: se trató del tercero de una racha histórica. Esa temporada, en la que Huracán fue subcambeón del Metropolitano (detrás de Boca, a pesar de haber sumado nueve puntos más), se dio un hecho único en la historia del fútbol argentino: aquel equipo en el que jugaban Héctor Baley, Osvaldo Ardiles, Miguel Brindisi y René Houseman ganó cinco clásicos consecutivos en el mismo año.
El sexto eslabón de la cadena fue un clásico con consecuencias para San Lorenzo: el 24 de junio de 1981, Huracán lo venció 1-0 (con gol de Carlos Centurión). Luego de ese partido, San Lorenzo no se recuperó: ganó apenas un partido de los últimos nueve y descendió, junto a Colón, en la última fecha.
La última versión del clásico en la Boca se jugó en la campaña 85/86: por la primera rueda, el 9 de noviembre de 1985, igualaron sin goles. Esa temporada también tuvo un hito: Huracán descendió por primera vez en su historia. Ahora, más de dos décadas más tarde, el duelo barrial volverá a dirimirse en la Bombonera. La historia del clásico dice que esa cancha le sienta mejor a los Parque de los Patricios.

Versión corregida del texto publicado en Clarín por el autor del Blog.

miércoles, noviembre 26, 2008

Que sea en paz


Me tocó cubrir, junto a Gustavo Yarroch, una nota referida a la antesala del partido entre Huracán y San Lorenzo. Nos encontramos con el temor de la gente. Duele que sea El Clásico del Miedo. Desde acá, el deseo de que sea en paz. De que sea una fiesta. Como corresponde.
Lo que sigue es el texto publicado en Clarín, a consecuencia de la cobertura:

La plaza Butteler en realidad se llama plazoleta Enrique Santos Discépolo. Allí suele reunirse el grupo más fuerte de la barra brava de San Lorenzo. Faltan cuatro días para el clásico frente a Huracán. Y ahora, en ese lugar de Boedo, bajo el arduo sol porteño, no hay nadie. Se advierte una paz impropia de lo que está pasando en simultáneo. En Internet se cruzan amenazas del peor de los modos: unos hablan de venganza; los otros recuerdan a los fallecidos como si se tratara de triunfos. Los foros están que arden , alertó el presidente de Huracán, Carlos Babington. Y, preocupado, agregó una frase que es pura realidad: La sensación de venganza, por lo que me cuentan, está latente...
En Viel y Cobo, a pocos metros de donde balearon al hincha Rodrigo Silvera (fallecido el domingo, tras 22 días de agonía), suele parar el grupo de La Butteler. Allí se juntan antes de los partidos. Allí, los vecinos cuentan sus verdades y sus miedos. Vivimos en medio de una guerra. Así no se puede seguir. Tenemos un nieto de dos años y nunca sabemos lo que le puede llegar a pasar. Es una angustia constante , le dice a Clarín uno de ellos, que vive en la zona desde 2004 y ya tuvo diversos inconvenientes. Otro vecino también se queja de que, a consecuencia de la presencia de los barras, las propiedades cercanas pierden valor. Y un testigo del enfrentamiento del 1° de noviembre entre barras de Huracán y San Lorenzo, contó: Los de La Butte los estaban esperando a los de El Pueblito, que vinieron sabiendo lo que iba a pasar. Se tiraron más tiros que en el far west. Después, llegó la Policía. Pero ya era tarde . El Pueblito --que se reúne en Pompeya-- es el grupo más violento de la barra de Huracán y le disputa el poder a la banda de la José C. Paz, otra plaza de la zona. Quienes los conocen cuentan que están dispuestos a ganar espacio a los tiros .
Un comerciante de la zona, que conoce cada cara de los líderes de La Butteler, cuenta un detalle que asusta: Entre los barras saben todo unos de otros. Si se quieren encontrar para matarse, se matan .
Las calles de la zona y rumbo a Parque de los Patricios resultan una sucesión de agresiones mutuas. En las paredes hay cajones dibujados en aerosol, amenazas de más tragedias, insultos. Una violencia que excede el folclore de este clásico de la peor de las maneras. A metros de la esquina de Garay y Boedo hay una pintada emblemática. Sobre el mensaje original (un globo de Huracán y la leyenda 100 años), alguien agregó: 10 años en la B y un funeral .
El traslado de la edición 156 del clásico a La Bombonera tampoco parece una garantía para aliviar la sensación de miedo. Se preocupan más por escoltar a los barras que por la seguridad del hincha común. Cada vez que pasamos cerca de la Butteler con el 133 para ir a La Paternal, nos tiran piedras de todos los tamaños. Ir a La Boca no será una solución sino un riesgo , cuenta un socio de Huracán.
Yo quería jugar en el Ducó.Huracán y San Lorenzo están cruzando la vereda. Cualquier cancha puede ser peligrosa , señaló Babington. En tanto, el presidente de San Lorenzo, Rafael Savino, le dijo a Clarín: El clásico tiene que ser una fiesta. Tenemos que trabajar para eso. Y estar tranquilos .
La sensación de temor se refunda y se parece a la de días no tan lejanos: se trata de una nueva versión de El Clásico del Miedo, como aquellos inmediatamente posteriores al asesinato del hincha de Huracán Ulises Fernández, en 1997. Ahora, otra muerte, la de Rodrigo Silvera, invita a los mismos fantasmas. Huracán-San Lorenzo se jugará el sábado. Será en La Boca. La antesala es una incomodidad que paraliza. De angustia.

En La Bombonera...


La edición 156 del clásico (por torneos de liga, desde 1915) entre Huracán y San Lorenzo se jugará en La Boca por razones de seguridad.

lunes, noviembre 24, 2008

¿Una victoria Monumental?


El clásico de la fecha 17 frente a San Lorenzo se puede llegar a jugar en la cancha de River. Desde acá, dos deseos: que sea un triunfo quemero Monumental; y, sobre todo, que sea en paz.

domingo, noviembre 23, 2008

Vamos por la Trilogía...

4/11/2007. Nuevo Gasómetro. Gol de Paolo Goltz. El principio del Día Mundial del Silencio. El empate dejó entonces a San Lorenzo sin la posibilidad del bicampeonato.

Huracán enfrentará a San Lorenzo con la posibilidad de dejarlo afuera de la pelea por el título por tercer torneo consecutivo. Como en el Apertura 2007 (1-1 en el Nuevo Gasómetro) y el Clausura 2008 (0-0 en La Paternal). El archirrival marcha segundo a dos puntos del líder Boca. Un derrota volverá a dejarlo en la cornisa de otra despedida. Una suerte de rito quemero desde el regreso a la A.

viernes, noviembre 21, 2008

El horizonte inmediato, ese desafío


Apertura 2008, decimosexta fecha: Banfield 0-Huracán 0. El partido dejó un punto, poco fútbol y una canción unánime desde el contorno: "El domingo, cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar". Otro detalle que agrada: no hubo averías de cara al clásico de la próxima fecha (fueron guardados Hugo Barrientos y César González y zafaron de la cuarta amarilla Paolo Goltz, Carlos Arano, Leandro Díaz y Gastón Esmerado). Ahora, sólo queda un camino: pensar en el horizonte inmediato, ese desafío...

El mejor: Leandro Díaz.
El peor: Patricio Toranzo.

Más:
El partido que vio Cappa, en el video.


Así estamos:
En el Apertura.
En los promedios.
El fixture.

jueves, noviembre 20, 2008

El clásico, en su lugar


El Gobierno porteño habilitó el estadio Tomás Ducó. Y Huracán volverá a ser local en su cancha por primera vez desde octubre del año pasado (1-0 a Banfield, gol de Walter Coyette). El próximo desafío es, además, el más esperado: el clásico contra San Lorenzo, por la Fecha 17 del Apertura.
Las dos cabeceras y la platea Alcorta son las que quedaron habilitadas tras una inspección que duró algo más de cuatro horas. Aún no se podrá utilizar la platea Miravé, hasta tanto se coloquen las butacas correspondientes.
De acuerdo con lo informado por el club, a través de su web oficial, estos son los arreglos realizados:
1) Estudio de carga (a cargo del Ingeniero Del Aquila Moroni) en las 4 tribunas. Se realizó una prueba con barriles, que en su interior almacenaban agua. El resultado fue óptimo en cuanto a la resistencia y estructura de los cimientos.
2) Sellado de las juntas de dilatación de las tribunas local, visitante y Miravé.
3) Hidrolavado general de los escalones de las tribunas. Se pintó a fondo, y como nunca se había realizado, la parte exterior del Palacio.
4) Reparación y cambio de pintura de los vestuarios local, visitante y de árbitros. Instalación de duchas en el control antidoping. Cambio total de cañerías de los tres vestuarios con hidrobronce (para agua fría y caliente).
5) Nuevo alambrado olímpico.
6) Reestructuración de la Platea Miravé. Se desmontaron todas las butacas de hierro, las cuáles serán reemplazadas por unas más modernas y de plástico.
7) Reparación de la concentración "a nuevo" para el fútbol profesional.
8) Resembrado del campo de juego.
9) Remodelación total de la iluminación.
10) Nuevos bancos de suplentes.

Más:
La explicaciones de Babington en el video:


El acta:

lunes, noviembre 17, 2008

Así no nos podemos equivocar


Huracán no jugó mal en términos generales frente a Rosario Central. Pero se cometieron errores inaceptables en un equipo de Primera. Y eso se pagó con derrota. No queda otra: hay que mejorar en ese rubro. En el video, los detalles y las explicaciones de los protagonistas.

sábado, noviembre 15, 2008

Un bajón


Apertura 2008, decimoquinta fecha: Huracán 0-Rosario Central 2, en el Diego Maradona. Se esperaba más. Se perdió. Se jugó como para preocupar, sobre todo en el segundo tiempo. Es un bajón, un indicio negativo. Se verá en qué continúa esta impredecible campaña del Torneo del Centenario. Por ahora, se trata de una sucesión de vaivenes. Cappa es quien debe ahora ofrecer certezas para un equipo que, más allá de mejorías ocasionales, suele ofrecer dudas...

El mejor: César González.
El peor: Diego Herner y Paolo Goltz.

Así estamos:
En el Apertura.
En los promedios.
El fixture.

jueves, noviembre 13, 2008

Entre La Quema y el Támesis

Foto: Joyas de la revista El Gráfico.

Osvaldo Ardiles (Tottenham Hotspurs), Claudio Marangoni (Sunderland), Alejandro Sabella (Sheffield United) y Julio Villa (Tottenham Hotspurs), con Londres bajo sus pies y en todo el fondo, con el río Támesis incluido. Estos cuatro mediocampistas argentinos fueron destacados representantes en el fútbol inglés a principios de los 80. Dos de ellos participaron de manera exitosa de la historia quemera. De hecho, Clarín los inclúyó entre los mejores 100 jugadores de la centenaria historia del club.
Ardiles llegó a Huracán en 1975, disputó 113 encuentros e hizo once tantos. Estuvo en el histórico 1976, cuando Huracán consiguió dos hitos únicos en el fútbol argentino: ganó cinco clásicos ante su archirrival (San Lorenzo) en un mismo año y fue el único subcampeón que sumó más puntos que el campeón.
Maragoni llegó a Huracán luego de su paso por el fútbol inglés, justo antes de la Guerra de las Malvinas: el 22 de febrero de 1982 debutó frente a Racing. Jugó 58 encuentros e hizo once goles. En el Metropolitano de 1982, con San Lorenzo en la B, participó de un hecho grato: Huracán terminó invicto frente a los grandes.

miércoles, noviembre 12, 2008

Un libro, cien años, mil retratos

El libro de Huracán, publicado por Clarín. Me tocó ser parte del mismo desde un comienzo, ofrecí ideas, escribí, lo releí. Me encantó participar, del mismo modo que en el libro oficial y en la cobertura de los festejos. El resultado fue la satisfacción de estar presente en un momento histórico para el club. Y la de poder retratarlo.

martes, noviembre 11, 2008

Bienvenido, Señor


Angel Cappa dirigió su primer partido con Huracán en la A. Fue el 3-3 contra River, en el Monumental. Fue un principio. Desde acá, el mejor de los deseos...

lunes, noviembre 10, 2008

De gritos y de lamentos



Los tres goles para el momento memorables; los tres goles para padecer un desenlace incómodo. Seis emociones, todos los matices...

domingo, noviembre 09, 2008

Un principio histórico; un final para llorar...


Apertura 2008, decimocuarta fecha: River 3-Huracán 3. Huracán parecía el Real Madrid de los tiempos de Butragueño y Michel. Dominaba, jugaba, goleaba. A River y en el Monumental. Tres a cero al cabo de 45 minutos. Un triunfo con historia, el máximo como visitante junto a aquel 5-2 en los días de Baldonedo y Masantonio. Era lo más parecido a la gloria de un domingo feliz...
Pero de repente, ese equipo increíble dejó de creer en sí mismo. No asumió que era capaz de todo lo que había hecho, retrocedió, miró, sufrió y le empataron.
Huracán fue como las dos caritas de los teatros: una alegría inmensa; un llanto enorme. Sin recorridos intermedios. Todo, en el debut de Angel Cappa.

El mejor: Hernán Barcos, Hugo Barrientos y Javier Pastore.
El peor: Alejandro Limia.

Así estamos:
En el Apertura.
En los promedios.
El fixture.

¿Por qué volver?


"Quemero, ¿cómo vas a dejar el Blog? No podés. Que los boludos no nos maten el clásico. Tu Blog es también el clásico, es Huracán, es San Lorenzo, es nosotros". Me lo dijo un amigo hincha de San Lorenzo. Decidí regresar. Y acá estoy. Otra vez.

domingo, noviembre 02, 2008

Fin


Ya perdió sentido seguir con el Blog. Por esa maldita violencia feroz. Duele. Lastima. Aleja. Blog Quemero se cierra por duelo hasta nuevo aviso.

Cumpleaños feliz


Apertura 2008, decimotercera fecha: Huracán 1-Estudiantes 0, en Vélez. Un rato antes del partido, me había tocado escribir la continuidad de la Fiesta del Centenario para Clarín:

Hay una historia detrás de la historia. Frente a la casa de un tal Tomás Jeansalles, un grupo de jóvenes de Nueva Pompeya, en su mayoría alumnos del colegio Luppi, quería fundar un club de fútbol con un nombre insólito: "Verde esperanza y no pierde". El episodio, una suerte de mitología aceptada por la historia, sucedió en 1907, aunque muchos lo ubican entre dos y cuatro años antes. La leyenda cuenta que fueron hasta una librería de la Avenida Sáenz con la intención de comprar un sello de goma con el nombre del club. Pero no pudieron. La versión más aceptada sostiene que no les alcanzó el dinero (dos pesos con cincuenta) para tal cantidad de letras y que el librero (un tal Richino) les recomendó un nombre más corto, ya que el elegido era muy extenso para denominar a un club de fútbol...
Así, entre carencias y con un entusiasmo juvenil y enorme, comenzaba a gestarse la historia del Club Atlético Huracán. En breve llegaría el inmenso Jorge Newbery como benefactor e inspirador, la mudanza a Parque de los Patricios (entonces conocido como Barrio de los Corrales Viejos), los duros días fundacionales. Ya oficialmente, según figura en las actas del club, Huracán nace el 1 de noviembre de 1908.
Eran otros tiempos en la zona. Justo Sáenz (h), en el libro "La amistad de algunos barrios", evoca esa época: "Barrio de los Corrales Viejos, escuela de visteadores y malambistas... constante pesadilla de la comisaría seccional y cliente conspicuo del Hospital San Roque (hoy Ramos Mejía)... era el chinerío del pueblo de las Ranas y La Quema..." Hace hoy cien años de aquel momento inaugural. Cien años en los que Huracán se hizo grande (fue, por ejemplo, el más campeón de la década del 20 junto a Boca), en los que tuvo cracks de todos los tiempos (Guillermo Stábile, Cesáreo Onzari, Herminio Masantonio, Emilio Baldonedo, Norberto Méndez, René Houseman, Miguel Brindisi, entre tantos otros), en los que construyó récords y equipos memorables (los campeones sin vuelta olímpica de 1939 y de 1976; los mágicos consagrados de 1973) y en los que también supo de sufrimientos (tres descensos en los últimos 22 años).
Pero hubo algo inquebrantable en todo el recorrido: el sentido de pertenencia, el arraigo barrial. No es casual que la fiesta haya sido por las calles y sin apoyo institucional. La fiesta, que comenzó ayer a la tarde, arrancó en Pompeya con una multitudinaria caravana, con murgas, con banderas, con fuegos artificiales, con bombos, con redoblantes, con gente en los balcones, con el bullicio propio de un carnaval. En definitiva, una expresión popular de barrios afines. Se escuchó rock y se escuchó tango en la cuna del tango. Se recordó a tantos ausentes que hubieran querido estar, como Newbery y el Negro Laguna (primer presidente y campeón como jugador y entrenador), como Ringo Bonavena, Julián Centeya y Homero Manzi; como tantos cracks irrepetibles...
La fiesta continuó en la noche, con las luces de los faroles de la Avenida Caseros; con la gente del barrio compartiendo asombros; con el escenario montado a tres cuadras de la sede, en Lavardén; con los espectáculos de colores y de artistas; con esas canciones que luego van a la cancha con otra letra; con amigos que se abrazan emocionados; con familias que comparten la preciosa herencia de ser quemeros. Y ahora sigue el festejo, con la recorrida por cuatro lugares históricos: las tres canchas (Almafuerte al 200; Avenida La Plata y Chiclana y el Tomás Ducó) y la sede social de Caseros al 3100. Es la continuidad del Centenario del Pueblo Quemero. Es decir, la inmensa fiesta de los barrios del Sur, que encontraron un nombre para ponerle a la pasión auténtica: Huracán.


Durante, Huracán jugó su mejor partido de la temporada (incluso con diez futbolistas, tras la expulsión de Ariel Colzera). Después, ya al final, llegó ese golazo de Gastón Esmerado para la historia. Y con él, un cumpleaños feliz. El festejo más esperado.

El Equipo del Centenario, la camiseta para la ocasión, la gente.

El mejor: Gastón Esmerado, Paolo Goltz y Hugo Barrientos.
El peor: Ariel Colzera.

Más:
Esto es Huracán, en Clarín.

Así estamos:
En el Apertura.
En los promedios.
El fixture.

El Gol del Siglo


Gastón Esmerado corre, mete, raspa, ordena. A veces, parece torpe, impreciso. Y no venía jugando bien: incluso en la derrota contra Argentinos (0-2 en La Paternal) había cometido un error impropio de un profesional (esa mano de voley que derivó en penal). Pero de repente, en el partido de las 100 velitas, en medio del festejo, cuando todo parecía encaminado a un reparto de ceros, apareció él. Sintió por un rato breve que era Stábile o Masantonio o Mellone o Ricagni... Y probó, de zurda, de afuera del área, y la pelota voló hacia el arco de Mariano Andujar, hacia la victoria, hacia El Gol del Siglo. Después, un Esmerado conmovido, le puso palabras a ese grito: "Entré en la historia del club. Nada menos..." No exageraba. Tenía razón...

sábado, noviembre 01, 2008

Una fiesta de 100 años


Acá está Huracán, con la piel ajada por 100 años en los que recorrió todos los caminos que pudo y los que le dejaron. Golpeado, sí. Pero feliz, sobre todo. Porque el Centenario Quemero resulta también una reivindicación para sus días de magia y de gloria, para sus jugadores ilustres, para el estoicismo de su gente que toleró tantas muecas ingratas sin averiar la pertenencia. Porque ser de Huracán, en definitiva, es eso: una pertenencia, más allá de cualquier avatar. No importan ni la parafernalia de los medios ni las conquistas pasajeras. Huracán es ese barrio que trascendió sus fronteras sin olvidar el origen; es el papá que le explicó al pibe que la grandeza no se construye en una década feliz, que Grande se nace; es el abuelo que contaba las épicas de nombres hoy imposibles. Es el Globo de Jorge Newbery, ese hombre inmenso en su tiempo e irrepetible en la historia. Es el tango que nació en su geografía. Es la resurrección posible después de cada golpe imposible.
Sucede también que es la fiesta de los que no están. Y de esos quemeros que, ahora, siguen festejando bajo el cielo en ese Sur de la Ciudad de Buenos Aires, tan propio y tan afín. En Parque de los Patricios, en la Nueva Pompeya que fue hábitat inicial, en Villa Soldati... Es la alegría de los que están ahí, colándose entre las nubes, para ver esta fiesta de globos volando por el aire y fuegos artificiales. De los que llevaron a Huracán a ser el más campeón de los años 20: Agustín Alberti, El Negro Laguna, Ramón Vázquez, Máximo Federici, Angel Chiessa, Cesáreo Onzari, Guillermo Stábile... De los que después le comenzaron a dar vida a Huracán en el profesionalismo: Herminio Masantonio, Emilio Baldonedo, Jorge Alberti, Tucho Méndez, Juan Estrada, Bruno Barrionuevo... Es también la fiesta de los gloriosos duendes de los 70, guiados por Menotti y El Gitano Juárez: El Loco Houseman, Babington, Brindisi, Carrascosa, Basile, Larrosa, Avallay... Y de los que después le pusieron el alma a la adversidad: Chacho Cabrera, El Negro Herrero, Héctor Cúper, Lucho González, Daniel Montenegro, Gastón Casas, Christian Cellay, Mariano Juan... También de otros hinchas que son una añoranza enorme que brota inevitablemente ante esta circunstancia, como Ringo Bonavena o Julián Centeya...
Muchos de los que ahora gritan por Huracán jamás lo vieron campeón en la máxima categoría. Pero saben lo que significó, por ejemplo, el imborrable Huracán de 1973, ese que fue la matriz de lo que después Menotti trasladaría a la Selección campeona del mundo, cinco años más tarde. Porque lo sabe el fútbol argentino: no hubo otro equipo igual. También ellos que llevan bombos y banderas rumbo a la sede de la Avenida Caseros conocen el increíble Penta de 1976, cuando Huracán le ganó los cinco clásicos de la temporada a San Lorenzo, en un hecho único en el fútbol de nuestro país. Lo saben más allá de la edad. Lo saben por herencia. Porque Huracán, para el hincha, también es eso: una preciosa herencia inmodificable.

Texto publicado por el autor del Blog, en Clarín.

Por muchos más


1908-2008. Huracán, una historia, un centenario. Que sea feliz.