sábado, noviembre 01, 2014

Breve crónica de un bochorno

Un rato antes de la suspensión. Imagen: Agencia Télam.
Parece una maldición, pero es una consecuencia del Huracán de estos días: de repente, en el día de su cumpleaños número 106, el equipo da pena en el Nacional, pierde 3-0 frente a Sportivo Belgrano en el Palacio Ducó, queda último en su zona en el torneo de Transición en el que ascienden diez equipos. El contorno, esa gente que -una vez más- fue tras los pasos de un festejo está enojada. Y la barra -siempre tan hostil- lo manifiesta con formato de bochorno: invade la platea Miravé, se trepa al techo del banco de suplentes y obliga a la suspensión.

A los 24 minutos del segundo tiempo, el árbitro Darío Herrera suspendió el encuentro. Ganaba el equipo cordobés, en su máxima victoria histórica. Huracán es la contracara de esa alegría vestida de verde: las once estrellas que su escudo exhibe (por cada uno de sus títulos oficiales: las cinco Ligas, las seis Copas Nacionales) se parecen a una mentira bien contada por abuelos entusiastas. Pero no, esa verdad de la historia es ahora un papelón en tiempo presente. Huracán camina por una cornisa que le duele: la de su más rotundo fracaso en la historia.La próxima temporada de Primera contará con 30 equipos y todo indica que el Globo de Newbery no participará.

Otra vez, como contra All Boys, tuvo un penal a favor con el partido sin goles. Pateó Gonzalo Martínez -clave en ese rubro en la Copa Argentina que tiene a Huracán como semifinalista- y la pelota se fue a la tribuna. Casi de modo absurdo.

Luego llegaron los tres goles del Sportivo Belgrano, como una seguidilla devastadora en un partido en el que siempre Huracán tenía la pelota y jugaba en campo ajeno. Pero las impresiones iniciales en este semestre nunca tienen que ver con el desenlace en la vida del equipo de Parque de los Patricios. Fernando Coniglio, Gastón Alvarez Suárez y Juan Pablo Francia fueron los autores de los goles del conjunto del interior cordobés. Ellos también son ahora los verdugos más cercanos de un Huracán que no para de sumar verdugos en su recorrido reciente.

Tras el partido y el caos en el contorno, el entrenador Frank Kudelka renunció en los vestuarios. No ofreció palabras. Su adiós fue en silencio. Mientras eso sucedía ya se mencionaba el nombre de un sucesor: Omar De Felippe, ex jugador del club, hincha. "A la guerra hay que ir con guerreros", comentó al pasar un dirigente. Quedan seis fechas, 18 puntos. Casi nada. Huracán está último. Además de un entrenador capaz de dar pelea necesita un milagro. Apenas eso. Todo eso.
Texto publicado por el fundador del Blog, en Clarin.com